La cascarilla de soja es un subproducto del procesado del haba de soja para la obtención de aceite. En este proceso, los granos se molturan a un tamaño de 3-4 mm y la cascarilla se separa por aspiración. La cascarilla representa un 8% del peso del haba y contiene alrededor del 40% de su fracción fibrosa. A veces se tuesta antes de molerse lo que permite reducir la actividad microbiológica. La cascarilla de soja tiene una elevada concentración de carbohidratos (alrededor de un 75%).
Es un alimento con un alto contenido de fibra pero esta resulta ser en su mayor parte digestible (>80%). Esto determina que no sea apto como único alimento para rumiantes debiendo suministrase alguna otra fuente de fibra. Su bajo contenido de grasa hace que pueda ser conservado durante períodos razonables sin sufrir alteraciones de sabor, olor o características nutritivas.