La Avena es una planta herbácea, perteneciente a la familia de las gramíneas. Posee raíces más abundantes y más profundas que las de los demás cereales, por lo que puede aprovechar mejor los nutrientes del suelo. Los tallos son gruesos y rectos pero con poca resistencia al vuelco, están formados por varios entrenudos que terminan en gruesos nudos, su altura oscila de medio metro hasta metro y medio y son considerados de un alto valor forrajero. Las hojas son planas y alargadas y la flor es un racimo de espiguillas, situadas sobre largos pedúnculos donde se desarrollará el fruto.

Es una planta que tiene menor resistencia al frío que la cebada y el trigo. Es exigente en agua por su alto coeficiente de transpiración, muy sensible a la sequía, especialmente durante la formación del grano, aunque el exceso de agua puede perjudicarla.

El grano de avena se emplea principalmente en la alimentación del ganado en cuyo caso se cosechará a mediados del verano cuando la planta esté totalmente seca, aunque también es utilizada como planta forrajera, en pastoreo, heno o ensilado, sola o con leguminosas forrajeras. En menor escala la avena se emplea como alimento para consumo humano, en productos dietéticos, triturada o molida y para preparar diversos platos.